En toda actividad acuícola es preponderante el abastecimiento sostenido de semillas o larvas; de ello no quedan exentos los cultivos de conchas de abanico, cuyas semillas pueden obtenerse a través de las siguientes técnicas:
Captación natural de post-larvas. Ello se realiza colocando 'colectores' en los bancos naturales, que son bolsas de mallas plásticas en donde se alojan las larvas desde su estado planctónico hasta tornarse bentónicas, fijándose a un sustrato para iniciar así su desarrollo post-larval. Ésta técnica muchas veces no es segura y en ocasiones resulta inviable dada la variabilidad de factores exógenos (climas, depredadores, etc).
Reproducción de larvas en laboratorios (o hatcheries). Comprende principalmente la ejecución de 5 etapas: acondicionamiento de reproductores; desove y fecundación a través de estimulación artificial; desarrollo larval; metamorfosis (de planctónicas a bentónicas) y asentamiento larval (fijación de post-larvas en colectores); y finalmente el cultivo de post-larvas (traslado de colectores al medio natural). Esta actividad posibilita la obtención de semillas de manera programada -por lo tanto constante- y con tallas apropiadas.